Yo creo que el tema es...
En cuanto a la felicidad mediocre, yo creo que el tema es... la reciprocidad.
Me carga un poco, lo admito. Pero sospecho que es como... una falla estructural en mí. No importa cuanto me cargue, no deja de ser importante para mí la reciprocidad. Y es que no se trata sólo de que el otro vaya a sentir lo mismo que yo o no, a tener para conmigo las mismas consideraciones (en equivalencia) que yo tengo con él, sino que valore el vínculo, la entrega, la relación en sí.
Cuando siento que quiero mucho más que el otro me siento un poco vacía, tal vez porque en cada una de mis relaciones me entrego tanto (o siento que me entrego tanto), que cuando mi entrega no es reconocida por el otro, siento que cae en saco roto y que doy, doy, doy, sin que eso sea contenido. Y llega un punto en que ya no tengo más que dar, me queda el alma un poco vacía.
Y cuando siento que hay otro que me quiere más de lo que yo lo quiero a él, me siento en deuda, hasta poco digna de recibir por no poder entregar esa reciprocidad. Vacía también un poco, al no poder recibir.
Eso me incomoda mucho de la felicidad mediocre. Cuando no me he vuelto loca de amor, me siento no "reciprocando", y eso me fastidia a más no poder, creo que no podría vivir así por mucho tiempo.
A veces cuando pienso esto siento que no sé querer, y eso me apena enormemente, porque para mí es el amor lo que le da sentido a esta vida, y al creer que no sé querer me siento pues... discapacitada para la vida.
Aquí estoy pues, en la compañía de un Merlot tratando de darle una vuelta a este entuerto... y esperando conseguirlo. Aunque de repente no es tan malo estar en el lado oscuro del corazón.
Esta situación me tiene mal, siento que me oprime el corazón, cuando en realidad debería expandírmelo, no?
Tal vez estoy fuera de contexto pero... cómo podría no importarme si es la sangre que me corre por las venas la que hierve con la aparente falta de reciprocidad?
Me carga un poco, lo admito. Pero sospecho que es como... una falla estructural en mí. No importa cuanto me cargue, no deja de ser importante para mí la reciprocidad. Y es que no se trata sólo de que el otro vaya a sentir lo mismo que yo o no, a tener para conmigo las mismas consideraciones (en equivalencia) que yo tengo con él, sino que valore el vínculo, la entrega, la relación en sí.
Cuando siento que quiero mucho más que el otro me siento un poco vacía, tal vez porque en cada una de mis relaciones me entrego tanto (o siento que me entrego tanto), que cuando mi entrega no es reconocida por el otro, siento que cae en saco roto y que doy, doy, doy, sin que eso sea contenido. Y llega un punto en que ya no tengo más que dar, me queda el alma un poco vacía.
Y cuando siento que hay otro que me quiere más de lo que yo lo quiero a él, me siento en deuda, hasta poco digna de recibir por no poder entregar esa reciprocidad. Vacía también un poco, al no poder recibir.
Eso me incomoda mucho de la felicidad mediocre. Cuando no me he vuelto loca de amor, me siento no "reciprocando", y eso me fastidia a más no poder, creo que no podría vivir así por mucho tiempo.
A veces cuando pienso esto siento que no sé querer, y eso me apena enormemente, porque para mí es el amor lo que le da sentido a esta vida, y al creer que no sé querer me siento pues... discapacitada para la vida.
Aquí estoy pues, en la compañía de un Merlot tratando de darle una vuelta a este entuerto... y esperando conseguirlo. Aunque de repente no es tan malo estar en el lado oscuro del corazón.
Esta situación me tiene mal, siento que me oprime el corazón, cuando en realidad debería expandírmelo, no?
Tal vez estoy fuera de contexto pero... cómo podría no importarme si es la sangre que me corre por las venas la que hierve con la aparente falta de reciprocidad?