miércoles, septiembre 21

Nuestros ojos


Me quedo con la sensación de nuestras miradas, de tus ojos en mi y los míos en ti, como antaño, como cuando éramos chicos, creo que volví a tener quince años durante los minutos que estuvimos juntos, sin dejar de ser la mujer de casi 30. Cómo explicarlo?
Era como si nuestros ojos hubiesen estado buscado reconocer a la persona de hace tantos años en el rostro de muchos años después, reconociendo lunares, pecas, rasgos... conociendo arrugas nuevas, marcas nuevas de tantos años de distancia y de historias que ni tú ni yo conocemos. Y después, una vez que se dieron por satisfechos, es como si se hubiesen empeñado en beberse al otro en la mirada, de llenarse la retina con esta nueva imagen, como si no alcanzaran los segundos en el mundo para mirarnos uno a otro. Como entonces, como cuando teníamos quince y nos mirábamos eternamente, nunca tan directamente como ahora, mucho más entre vergüenzas, mucho más de reojo, mucho más evitando que el otro nos notara. Algo hemos cambiado en estos años...
Me gustó mucho verte, me gustó mucho mirarte, y reencontrarme con esa sensación de que no hay más mundo, de que no importa el tiempo. Pero el tiempo sí importa, y nos despedimos con la esperanza de vernos en un par de minutos más... Bueh... no habrán sido minutos, pero espero que no vuelvan a ser los mismos años que precedieron a este encuentro afortunado :)