miércoles, marzo 23

Dejando la puerta abierta

El título de este post tiene que ver con algo que me ocurrió con el co-protagonista de esta historia, que se relaciona con un verso de una canción de Arjona, y que una vez conversé con un amigo. "Dime que no, y deja la puerta abierta". Dice mi amigo que yo soy el tipo de mujer que no sabe decir que no y dejar la puerta abierta. Osea que cuando digo que no, es no. Pues... veamos.

Se acabó. Anoche.
La verdad es que ya lo veía venir, de hecho creo que lo precipité. Claramente no era con la intención de mandarlo a la chu como lo interpretó él. Sino con la intención de tener las cosas claras y de cuidarme. He de decir que de un tiempo a esta parte el cuidado de mi persona ha sido algo esencial y fundamental, prioritario para mí.
Pero igual es raro... creo que todavía lo estoy digiriendo. Él sí que dejó la puerta abierta. Lo que pasa es que es una puerta diferente creo yo. Seguramente la suya es la puerta del porch (esa como veranda que tienen las casas gringas de clase media). La mía es la puerta del living, o tal vez del comedor (desde mi punto de vista un lugar mucho más íntimo, más... personal). Será que es más fácil dejar abierta la puerta del porch que la del living? Supongo que -con en muchos casos- depende de cada persona.

Una vez leí que si algo pasa una vez puede que pase dos veces, pero que cuando algo pasa dos veces, SEGURO pasará una tercera. Entonces: es seguro que nos volveremos a encontrar. Quién sabe si dentro de diez años, quizás menos, tal vez más... lo importante no es el tiempo, sino el momento en que lo hagamos. La primera vez no era un buen momento para mí. La segunda no era un buen momento para él. Quién sabe?? Tal vez la tercera no sea un buen momento para ninguno de los dos, o puede que sea el mejor momento para ambos. Pero ahora, con la certeza de que nos volveremos a encontrar en esta vida, por el momento dejo la puerta abierta a posibilidades futuras, a menos que llegue un viento huracanado que se meta en el living y cierre la puerta de golpe :P

Imagen tomada de aquí. No copyright infringement intended.

2 Comments:

Blogger Polythene said...

jajajajaja huracanado...

Que linda metafora eso de las puertas...
talvez los hombres todos tienen ese tipo de puerta, del cerrar la puerta del garage, pues tengo entendido que cuando los hieres cierran la puerta del living con llave y le ponen un panel de concreto para asegurarse de no volver a pasar por eso y son contadas las veces que deciden tomar un chuzo y sacarle el concreto...
Es por eso que para los hombres es mas facil abrir y cerrar esa otra puerta, algo que todos ven siempre desde la calle y el que queira entrar bienvenido sea y luego pueda salir sin icovenientes.

nostras por el contrario, creo que tenemos poco espacio en el garage o simplemente esta mal decorado y no nos sentimos comodas el establecer una conversacion ahi, por lo que los invitamos al living... y despues cuando estos seres conocen, intrusean y se van, todo queda impregnado a ellos, por lo que entramos a ventilar, para que mas encima queramos dejar la puerta abierta sabiendo cuanto nos costo hacer esa limpieza...

Es raro...
Los hombres son mas objetivos, no sirve, se queda en el garage... nosotras nos complicamos enteras y los invitamos al living para que se sientan mas comodos sin medir las consecuencias de una futura limpieza.

12/5/11 14:56  
Blogger Monicaatje said...

Para qué está hecho el living si no es para recibir??? Si está vacío no tiene sentido...
Tampoco para hacerlos pasar al dormitorio, ESE espacio es de demasiada intimidad, y para él hay que tener una llave especial.

24/5/11 22:41  

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