Delirios
Hay personas en esta vida que son tan delirantemente divertidas que incluso cuesta seguirles el ritmo. Por algún motivo que desconozco este mes he conocido a dos, y curiosamente a ambos los he conocido en momentos clave.
Al primero de ellos lo conocí un día de mucha tristeza, pero su curioso e irresistible sentido del humor pudo más que mi torpe amargura y logró arrancar de mí no sólo risas, sino docenas de carcajadas.
El segundo lo conocí en un momento de incomodidad, y sus locuras me transportaron a un lugar que tenía un poco de infancia y mucho de diversión.
De repente se me ocurre que son pequeñas bendiciones en el camino, personificaciones de un ángel de la guarda que me quiere recordar que la risa y las sonrisas son probablemente la mejor arma frente a la tristeza y la incomodidad. Que siempre hay un lugar seguro en el cual sentirse a sus anchas, como pez en el agua, acogida y feliz. Ángeles que me llevan de la mano para reencontrarme con mi mejor yo, con el que más me gusta.
Últimamente estoy disfrutando mucho de los inesperados cambios de ritmo, valorando mucho más la diversidad de momentos que nos entrega la vida, y del diverso repertorio de respuestas que tenemos disponibles para esos momentos. Me siento cómoda en este mirada, me siento más sana y más feliz.
Es un buen momento para contar mis bendiciones :)
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