El sueño de vivir en el campo...
Cuando les cuento a las personas que vivo en el campo muchos se maravillan, pensando que es fabuloso. La verdad es que la mayoría de los días los es, bastante. La tranquilidad, la luz, el sol, el sonido de los pajaritos en las mañanas, el sonido de los grillos por la tarde, las flores que adornan los cerros en primavera cuando hemos tenido la suerte de contar con algunas lluvias durante el invierno, poder disfrutar de la vida silvestre (loicas, zorros, garzas), lo inmensamente felices que son las mascotas con tanto espacio. Es como un sueño, a tan pocos minutos de la vorágine de la ciudad.
Sin embargo, en el loteo en que vivimos, ese sueño se ve interrumpido por las malas condiciones en los servicios de luz y agua. La inmobiliaria vendió las parcelas “con luz y con agua”, todavía las ofrece con luz y con agua, ojo. No sé si cuando las ofrecen le aclaran a la gente que el agua se da por turnos, dos días a la semana por sector, durante dos horas (que a veces se parecen demasiado a 50 minutos), para que las personas llenen sus estanques. El actual sistema de agua está defectuosamente construido, de manera que cada cierto tiempo se rompen las tuberías, dejándonos sin agua. Ha habido meses en que han dado agua sólo 12 de 24 días, porque el sistema de turnos cubre de lunes a sábado, y cobran lo mismo que cuando dan agua 24 de 24 días. Los arreglos corren por cuenta de los usuarios. Claro, en la ciudad es lo mismo, las empresas de agua lo cobran a los usuarios. Sin embargo, los costos de los arreglos son muy elevados, y los arreglos de mala calidad y, por lo mismo, demasiado frecuentes. Donde vivimos hay una condición interesante: si no tenemos luz, aunque tengamos los estanques llenos de agua, no hay agua en las llaves de las casas. Necesitamos que las bombas (que operan con electricidad) impulsen el agua desde los estanques hacia nuestras casas.
La red de luz es otra maravilla. Una red “privada” que tiene un solo medidor conectado a CONAFE, en que se prorratean las cuentas de acuerdo al consumo de los medidores de cada casa. No sería un problema en realidad, porque los consumos se pueden calcular. El problema es que, como en tantas comunidades, hay gente car’e palo que no paga. Por culpa de esos que no pagan ahora estamos todos sin luz, como tenemos un solo medidor... TODOS, los que pagamos y los car’e palo estamos sin energía eléctrica. Algunos vecinos tienen casa en La Serena y van al campo sólo los fines de semana. Tengo un vecino que tiene una hijita de tres años y una guagua de menos de un mes, ahora están sin luz y sin agua. No tiene una segunda casa en La Serena para salvar la situación. Tengo una vecina que tiene cuatro niños pequeños en su casa, todos en edad escolar. Tampoco tiene una casa en La Serena donde refugiarse de esto.
Más encima, cuando conseguimos que el diario local publicara una nota al respecto, para informar a la población y no fueran a caer redonditos como caímos nosotros, la inmobiliaria desmintió que el agua haya estado cortada doce días en algún mes. Nadie consultó los registros que llevamos diversos vecinos del sector? O tal vez los desestimaron. No sé.
Me da pena cuando pienso en la ilusión de tantos que vieron la oportunidad de vivir en el campo como el sueño de su vida, invirtiendo cuanto tenían en terrenos y casas. Entre ellos mis papás, que están cansados de andar dando tumbos por Chile y no tienen más ganas de empezar de cero. Me da rabia cuando pienso en los car’e palo que no pagan, que ni se inmutan cuando hay un problema con el agua, la luz o los caminos. Me da impotencia cuando la inmobiliaria (que tiene sus oficinas en una céntrica galería de la ciudad) se lava las manos. No anticipó esta situación y no tiene un sistema para cobrar a quienes no pagan los servicios, o cortárselos a quienes no pagan. Me da impotencia también cuando veo en el diario los avisos de “parcelas con luz y agua”. Deberían agregarle ahí: INTERMITENTE, y si todos los vecinos pagan.
El otro día una colega me habló de unos terrenos que vendían por allá cerca de donde vivo yo, y cuando me dijo el nombre del loteo no pude sino decirle (con cierto pesar, porque me hubiese encantado ser su vecina) “nooooooooooo, no compre ahí, ahí es donde vivo yo, y tenemos casi todas las semanas problemas con la luz y con el agua”.
Ojo cuando vea en el diario la oferta de un loteo que les va a recordar a mí, piénselo diez veces!! No se vaya a ensartar usted también con el sueño de vivir en el campo...
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