We Tripantu

Desde hace algunos años pienso en los cumpleaños como Años nuevos personales. El final de una ciclo y un nuevo comienzo (esa frase es rara… nuevo comienzo, hm…), energía, oportunidades, la vida de nuevo, todo fresco.
Hace dos día escuché en la radio algo fascinante. Los Mapuches (mi pueblo nativo favorito en Chile) celebrarían el We Tripantu (su Año Nuevo) este 24 de junio. Que sincronía agradable!
Así que me puse a leer un poco. Resulta que los mapuches consideraban el comienzo del invierno como la etapa de la renovación de la vida. El agua fluye, limpia y nutre.
Me cuesta creer que se cumplen 23 años desde que ese bebé nació y luchó por su vida durante 12 días.
Me cuesta creer que mi paseo en este espacio tiempo ya lleve 23 años.
Y con todo lo que me cuesta creer estos 23 años que hoy se anotan en mi registro, los agradezco, los he disfrutado, he tenido pena, he reído, amado, llorado, muerto y renacido más de una vez.
Lamentablemente si muriera hoy no podría responder “sí” a la pregunta de mi vida. Aunque siento que estaría más cerca que antes. Y ya que las resoluciones de Año Nuevo son tan populares, la mía es vivir cada día de manera que al final del día la respuesta se acerque un poquito más a “sí”, y en un año más estar bastante más cerca de lo que estoy hoy.
Hoy, cuando comienzo a vivir mi 24º año de vida miro al año 23º y fue buenísimo. Gané, perdí, y me di cuenta de que en ocasiones donde creí perder no perdía más que una ilusión. Volví a soñar, entregué el corazón a sueños locos y sin futuro, pero hermosos como el que más. Me embarqué en nuevas aventuras y probé algunas cosas nuevas que sabían un poco a peligro, otras a amargura, y otras a delicia. Guau! Que año movido el anterior, desde el primer día hasta el último, valió la pena, cada segundo.
Y ahora más que preparada para lo que se viene desde hoy. El libro se sigue escribiendo con tinta brillante e indeleble, y al mismo tiempo el pincel dibuja una sonrisa en mi rostro y un campo de flores en mi corazón.
Salud! Por mis 23 años. Por mi familia que me recibió hace tanto tiempo. Por los amigos que acompañan la vida. Por la alegría de vivir :)


From some years now I think about birthdays as personal New Years. The end of a cycle and a new beginning (that phrase is weird… new beginning, hm…), energy, opportunities, life again, all fresh.
Two days ago I heard in the radio something fascinating. The Mapuches (my favorite native people in Chile) would be celebrating We Tripantu (their New Year) this 24th of June. What a nice synchrony!
So I started reading a little. It turns out that mapuches consider the beginning of winter as the phase or renewal of life. Water flows, cleans, nurtures.
It’s hard to believe that it’s been 23 years since that baby was born and fought for her life for 12 days.
It’s hard to believe that my walk in this space time has been going for 23 years already.
And even when it’s hard for me to believe these 23 years that are written today in my record, I am thankful for them, I have enjoyed them, I have been sad, I have laughed, loved, cried, died and been reborn again more than once.
Unfortunately if I died today I couldn’t answer “yes” to the question of my life. Although I feel I would be closer than before. And since New Year’s resolutions are so popular mine for my New Year is that, to live each day so that at the end of it the answer will be a little bit closer to “yes”, and in one more year be a lot closer to it than it is now.
Today, when I start to live my 24th year of life I look at the 23rd and it was really very good. I won, I lost, I realized that in times when I thought I had lost it wasn’t but an illusion. I dreamed again, I gave my heart to crazy dreams with no future, but beautiful like the most. I embarked in new adventures, and tasted some new tings, that tasted a bit like danger, some other bitter, and some were a delight. Wow! What a shaken year last year was, from the first to the last day, it was worth every second of it.
And now I’m more than prepared for what comes from today on. The book continues to be written with bright permanent ink, and at the same time the paintbrush paints a smile o my face and a field of flowers in my heart.
Cheers! To my 23 years. To my family who received me long ago. To the friends who accompany life. To the joy of living :)